sábado, 12 de abril de 2014

Cuentos ejemplares (I)

Lo que sigue es un fragmento de la obra "De como nada más nascer, Don Harry Pérez lloró, et el suo patre propinóle un caxete con luenga maña, et de como por efecto del tal golpe, Don harry Pérez ya no lloró más hasta luego a la noche, porque el suo patre no lo volviera a castigar, et de otras maravillosas historias que la madre del infante le contaba al susodicho en las noches oscuras del invierno frigido mientras en la lontananza aullaban los lobos et los bujos hacían ese ruidito como de uuuu uuuu que suelen hacer ellos".




Como todos ustedes saben, esta magna obra se creía perdida desde que a mediados del siglo XVIII el hijo de senescal de la Provenza se la llevo al colegio para enseñarles los dibujos de  tias en bolas que había en la contraportada a sus amiguitos, se la olvidó en el recreo y alguien le echó mano. Siglos después, se descubrió en la taquilla de un monje eremita de un convento de la provenza, entre intervius antiguos y apuntes de lengua.
Hoy podemos mostrar estos primeros cuentos ejemplares rescatados de olvido y la ignominia debido al improvo esfuerzo y dedicación que el ilustre profesor emérito en literaturas antiguas, detective privado, explorador y hombre fuerte de varios circos, Don Susodicho, ha tenido a bien realizar estos días, que como estaba nublado no ha querido ir a la playa..



... et mirose los dedos, y paresciendole que tenía a la sazòn las uñas cortas, dixole el buhonero al cura,
-Pater, llegada es la hora nona, y paresceme que la tal hora es buena para que nos contéis la historia del comendador de Villalpredete, et de como en una sola xornada, comiose una gallina y luego puso un huevo.
Et dixole el cura al buonero.
Mexor en aquesta hora menguada, et fabiendo fecho la digestion Don fabrique, a quien Dios guarde muxos años, voy te a narrar la exemplar fazania de Don Colestoroleto el del boleto et de como fabiendo facertado catorxe en la quiniela, coxió se tal trompa que perdió el rexjuardo et se quedose con tres palmos de narixes, por gipollas et por borraxuxo.
El dixole el buhonero al cura
-Pater, es que aquesa fistoria ya nos la contase vuecencia en otra xornada como aquesta anotra y ya fubimos cuenta de como ese fijodalgo cagose en diversas santidades, et por su maldad, algún halma caaritatiba et de mucha punteria tirole una texa del canpanario et dexolo durmiendo fasta que la santa de su muxer cargolo en un carretón et llevoselo de retorno a su madre, que negose a acojerlo en su seno.
Et dixole el cura al buhonero, que ya estaba pesadito.




-Entonxes, dilecto feligrés, contarete la faszaña de Don Sisebuto Pechopollo, el batallador, et de como ganóle la batalla al moro que en su castillo estaba cantando canciones moras...
Interrumpiole el monaguillo, que en aquel momento entrava en el rexinto.
-Padre. Llegada es la hora de las cuaresmas et la dama de alto copete espera para que la oigais en confesión.
Et marchose el cura y quedaron los reunidos apenados. Et dixo el monaguillo
-Vaya par de tetas que tiene la sobrina del cura
Et todos estuvieron de acuerdo, et fueron se celebradas con chanzas et comparaciones jolgosas con las ubres de las vacas et otras gilipoyadas. Fablo entonxes Fabriquin, el molinero, que en su juventud dicen que vio de lejos un libro et era el max culto del entorno.




-Oidme, bestias pardas. Voy os a narrar de como estando yo en mi molino, amolando la farina rica que fago et que tantismo os sus gusta, encontre me una lampara maxica entre los sacos de salvado. Et frotolela la lampara dixa antes et surgió un genio et dixome el genio "Don Fabriquin el molinero, como fabeis frotado la lampara et fabeis sido bueno et trabajador, os voy a conceder tres deseos, siendo vuestro primer deseo que os barra el molino, el segundo que os inviten a un vino en la taberna y el tercero que el mozo de cuerda del ventisco pongase en decubito prono para que le fagais pete por la faltriquera"
El dixole el tal mozo
-Jo, Don Fabriquin, siempre está vuecencia pensando en lo mismo...
et disolviose la reunión.