Santo y Mártir

 Corría el año de gracia de 1232, en la Toscana. Angélico Pérez del Bicarbonateso era un joven piadoso que decidió dedicar su vida a la meditación y la vida contemplativa, así que se metió a monje escapulario y ermitaño. Vivió en continua oración durante veinte años en una cueva.
Un día, entre rezos, bajó a aliviar sus necesidades corpóreas al riachuelo miserable al que solía acudir, con la mala fortuna que se le vino a aparecer la Santísima Virgen mientras estaba meando. Presa de la sorpresa se le fue la mano y se mojó el hábito cisterniano de rudo esparto napolitano. "¡¡¡Me cago en Dios y en su puta madre!!" exclamó sin darse cuenta el eremita.
La santa Virgen al oír el exabrupto desapareció de forma instantánea, dudosa de que con las prisas se hubiera confundido de santo varón.
Y allí quedó el pobre hombre, intentando ya en vano arreglar el desaguisado, "Que diga, jolines, hay que ver como me he puesto".
Viéndose en aquella guisa, tras veinte años perdidos y lo que era peor, con la sotana perdida, decidió dedicarse al pecado y al vicio, y tanto destacó en ello que llegó a inventar un licor y le puso su nombre.

El profesor Susodicho

Se queda mi amigo ensimismado buscando entre las academias donde pueda convertirse en un ministro puntero. Hay que ver la de cosas que se pueden estudiar hoy en día. Pero las más interesantes no están. Y claro a una mente inquieta como él eso no se le pasa desapercibido.
¿Porque no puede unos ser pirata? ¿o astronauta? ¿O indio apache? ¿Porque narices no puede uno estudiar para ser Centurión o Sabio distraido de la NASA?

 Me lo comenta hastiado. ¿Cuando van a abrir en nuestra ciudad una academia para estudiar cosas con futuro y que le dejen a uno presumir?
- ¿Que yo que soy?, Mi querido señor conde, yo soy director de orquesta, y arqueólogo bizantino, o bizarro aventurero y apuntador a ratos libres. O palanganero acupuntor...
-Pues no esperes a que el destino te alcance -le digo- sal tú a su encuentro.
Me mira con cara de perdiz pocha, o sea que no me entiende.
- Pues que si no ponen ninguna academia para estudiar eso, ¡Ponla tú, Alma de cántaro!

 Ha visto la luz, se le ilumina el rostro y me mira. Descubro anonadado que estoy ante el profesor Susodicho.

Labrarse un futuro

Mi amigo lleva unos días preocupado. Se enteró que iba a haber una remodelación del gobierno y se puso inquieto, porque vamos a ver, si lo nombraban ministro a él, ¿Que preparación iba a tener?, porque si es de cultura, bueno tiene un pase, pero ¿Y si lo nombraban ministro de economía con la que está cayendo?, así que cuando vió que no salía nombrado, por un lado se sintió aliviado, pero por otro tenía el hombre un cierto resquemor.
¿Acaso no estaba preparado él para ser ministro? ¿Que tenia Doña Leire que no tuviera Susodicho?
 - Hombre, es que, ella lleva mucho tiempo en el partido.
Me mira sin comprender ¿partido? Para partidos los suyos, que es campeón del mundo. Así que le salgo por peteneras.
- Pero vamos a ver, ¿tu tienes el título de ministro?
- ... no se, ¿de que color es?
- ¡Dejate de colores! ¿tu has hecho el curso de ministro?, y si no te acuerdas...
- Si que me acuerdo, es que ese día me puse malo y no pude ir.
- Pues si no has hecho el curso no te pueden nombrar ministro.
Y así lo he dejado, buscando una academia para ser algo de provecho el día de mañana (o pasado).

Refinamiento

Una de las convicciones de mi amigo es que para aparentar una refinación que no se tiene, lo mejor es estirar el dedo meñique. Ya sé que esta postura la mantienen de forma subconsciente más de uno, pero Susodicho la defiende de forma argumental y razonada.
En cierta ocasión, tomábamos el té con unos condes en nuestro trastero de la mansión de New Jersey, cuando uno de nuestros invitados pareció sentirse irritado por el meñique de mi amigo.
- Si ese meñique suyo, joven, fuera un arma, nos habría apuntado a todos una docena de veces -le espeto el anciano Sir Cederick del Pasamanos, grande de España y mediano del Piamonte.
Susodicho, que es poco proclive a los argumentos de la escuela del Peloponeso, digirió mal (mal, muy mal, ¿para que nos vamos a engañar?) la observación del noble amigo.
- Querido Sir Cederick. si se refiere usted a que antes, en la intimad de las cortinas estuve sacándome mocos con este mismo dedo, he de advertirle que es usted un cotilla. -En este punto se levantó airado y arrojó la servilleta sobre la mesa- Asin que Veste a la mierda.
 Y se marchó dando un portazo

La putilla

Íbamos por cierta calle cuando nos aborda una señora de luengo escote y brevísima minifalda. Pasa de mi y se encara con Susodicho.
-Nene, ¿Subimos?
A Susodicho, que por educación le cuesta decir que no a las señoras, se le nota el azoramiento y la fulana que lo nota le insiste.
- Nene, subimos y te voy a hacer de todo.
Aquí estuvo el momento crítico, porque me consta que a mi amigo lo que le gusta es que le hagan arroz con leche. La tentación le hace dudar. Entonces intervengo yo.
- Déjate de leches (con arroz o sin él) que a tu prima Maribel que ya está mejor de los suyo seguro que no le hace gracia.
Sabias palabras, pero pesa la tentación. La puta le saca la lengua como saboreando y Susodicho se piensa que la insinuación va por otros derroteros. se arma de valor y le espeta a la pilingui.
- Es que mi mujer no me deja.
La otra se hace la graciosa.
- ¿Es que se lo has preguntao?
Ahí tiene razón la lumi. Pero mi amigo no se amilana y saca el móvil.
- ¿Maribel? oye, que hay una señora que dice que si subo con ella me va a hacer de todo y como tu no...
Desde donde estoy oigo a Maribel
- "...pero ¿TU ERES TONTO?...
Así que cuelga y le dice a la buscona.
- Que no me dejan
Y la meretriz que se lo queda mirando y musita "Este tío es tonto"
Seguimos nuestra marcha y me comenta
- Si, si, tonto ¿Tu sabes cuantos puntos me dan luego por esa llamada?

El móvil

A Susodicho le encantan los móviles. Le encanta en realidad todo lo que no entiende. Oye al Sr. Zapatero decir que la tierra es del viento y se queda como en éxtasis (Yo creo que hasta se pone cachondo).
Como lo usa hasta para todo....
("" Inciso en el relato-"": Me pregunta "¿Que hora es?". Como no llevo reloj encima le digo "No se, míralo con el móvil". Veo que saca su móvil y lo trastea y oigo sonar el mio en la habitación, me levanto y lo cojo "¿Si?", es Susodicho: "¿Oye, que qué hora es?" -""Fin del inciso en el relato"")
...ha acumulado muchos puntos de esos y lo acompañé porque quería que le dieran uno nuevo. El vendedor, encantado.
- Con todos esos puntos puede usted elegir el móvil que quiera - le dijo el insensato.
- ¿El que yo quiera?.
- Si, si, claro.
 Yo no sé si entonces se lo piensa o si ya lo llevaba pensado y estaba meditando como decirlo, pero tras una pausa dice:
- Yo quiero un móvil que sea Violeta y salga Micky Mouse.
- El vendedor lo mira con ternura, haciéndose cargo de su candidez.
- Y cuando alguien me llame salga Micky haciéndose una paja y diciendo "Pitas, pitas, venid, que hay para todas, venid pitas, pitas, pitas".
 ¿Me lo puedo llevar ya, por favor?

Como no tenían le dieron otro, pero no es lo mismo.

Walking Dead

Por uno de esos azares del destino, íbamos la otra noche mochila al hombro por esos mundos de Dios, cuando a uno del grupo se le ocurrió decirle a Susodicho,
"Macho, pareces un cazador de zombis, solo te falta la escopeta"
Y entonces nos confesó sus cuitas.
""Es que yo ya tenia la escopeta, y viene la guardia civil y me dice "Oiga, ¿usted donde va con la escopeta?" y yo le digo "Es que yo soy cazador de zombies" y el guardia civil me mira y me dice "¿Pero usted es tonto, o qué?" y yo le digo "Claro, yo soy el hijo tonto del Julián" y va y me quita la escopeta. Jolin, si lo llego a saber le digo que no.
 Oye,  ¿a como cobran los cazadores de zombies?""

Los mundiales

Cada vez que hay mundiales le pasa lo mismo. Se entera que el seleccionador está convocando a los jugadores de la selección y entonces se pone muy nervioso. No sale apenas de casa y cuando vuelve lo primero que hace es preguntar:
"¿Me han seleccionado? ¿Ha llamado el seleccionador?"
Lo peor sin embargo fue cuando estaban entrevistando al seleccionador y este había dicho que si Iker Casillas esto, que si Iker casillas lo otro, y para no nombrarlo tanto dijo el locutor, "...hablando del susodicho que ya debe estar convocado..." El pobre se estaba comiendo su bocadillo y dijo "¿Ves?, esto es por la telefonica y se fue a hacer su maleta.
Quería llevarse un abrigo por si le daba frío jugando, y unas botas de agua de fútbol por si le llovía, y un chubasquero...pero al final no se llevó nada, lo convencimos que había otro jugador que también se llamaba Susodicho y ahí está, campeón del mundo.

Susodicho

Fue cuando se enteró que había un escritor que se llamaba Suso del Toro, nos miró fijamente y dijo que el también se quería llamar Suso del Toro, pero de otro toro diferente. Le hicimos comprender que eso no era posible.
"Jolin, pues Suso de otra cosa"
""Es que tu no te llamas Suso, tu solo puedes ser Suso si antes te han nombrado y entonces te dicen "Susodicho"".
"Pero a mi ya me han nombrado, entonces ya soy Susodicho"
Y con Susodicho se ha quedado

Nacimiento

Una noche de lluvia de estrellas dos parejas se habían ido a cierto paraje sin luces artificiales a las afueras  de cierto pueblo para ver las estrellitas de las narices, sus botellas de agua fresca, bolsas de pipas y sillas plegables, cuando a los pocos minutos empezó a llegar la gente del pueblo para ver las leoninas o leónidas o leoncias.
"Buenas noches, buenas noches"

Y una de las señoras del pueblo, mas cotilla que el resto se acercó a las parejas inquiriendo.
"Y vosotros ¿de quien sois, de quien sois?"
Estupor entre las parejas, entonces surgió una voz
"Yo soy el hijo tonto del Julián, y esta es mi prima Maribel, que ya está mejor de lo suyo. ¿Me das un duro?

Acababa de nacer el hijo tonto del Julián.