Anatomia de Susodicho. Capitulo 2.
En los capítulos anteriores...
Pero no seáis vagos y leerlo, que lo tenéis ahí mismo. Donde pone Anatomía de Susodicho. Capitulo 1. ¡¡Vamos y vamos!!
La enfermera echóse las manos a las bocas y no encontrando mas que una se complugo y lloró. Tomó su toalla y fue a chivarse al director supremo de bocas y narices.
Se presentó ante él y le dijo:
- HHHH....hhhh....hhhh...hhhh.
El director, hombre campechano y muy delgado la miró compungido y haciendo un esfuerzo titánico le respondió:
- Gggggg...gggg...eeehggg
Pero no hubo comunicación y quedó sin poder chivarse. Como no era una mujer que se amilanara ante las adversidades decidió quitarse ella sola las suturas de todas las bocas y eso hizo.
Se coló en un quirófano que estaban pintando mientras los pintores discutían de fútbol y sin cloroformarse ni nada, se operó ella sola. Como no era una cirujana de estas buenas, buenas, se extirpó la boca y luego le quito los puntos, pero hete aquí que al volver a implantársela se le torció la mano porque se había colado una mosca en el quirófano y le quedo la boca torcidita. Así, como si hiciera un mohín picaruelo.
Al día siguiente se vieron. Susodicho se había pasado toda la noche estudiando el manual del Doctor Mayflower para hacer huesos de pladur y estaba algo cansado. La vió en el pasillo y algo en su interior se revolvió. Su manera de sonreirle, su manera de mascar chicle haciendo que sus orejas se movieran al compás...Era tan adorable... Decidió que la amaba y se fue directo hacia ella para decirselo cuando se interpuso en su camino el Doctor Eleuterio Marcapasos. Teniente Coronel médico que estaba de becario en el hospital.
- Hola -le dijo el doctor Marcapasos a ella.
- Oh, -dijo ella al doctor Marcapasos- hola, doctor.
- Es que yo... -dijo Susodicho a ella.
- Luze usted muy linda esta mañana -dijo el doctor Marcapasos a ella.
- Oh, -dijo ella al doctor Marcapasos- es usted tan amable.
- Es que como yo... -dijo Susodicho a él.
- Me he permitido la libertad de traerle estas flores, -dijo el doctor Marcapasos tendiéndole un ramo de flores que llevaba en el bolsillo de la bata a ella- no son tan bellas como usted, pero espero que le gusten...
- Oh, -dijo ella tomándole las flores al doctor Marcapasos- ¡Son tan bellas!
- Ni la mitad de lindas que usted... -dijo el doctor Marcapasos a ella, y aprovechando la coyuntura la besó (a ella). Ello lo besó (al doctor Marcapasos) también y Susodicho, que estaba a punto de decir algo se fue a operar mientras terminaban de besarse. Ya le declararía su amor mas tarde.
Ese día le asignaron 17 operaciones, todas de cambio de sexo a un sujeto muy indeciso. Como no le iba a dar tiempo ni merendar ni nada le pusieron una enfermera para que lo ayudara. Era una chica de piel blanquecina que solo trabajaba de noche, tenia colmillos puntiagudos y cuando la mandaban a buscar sangre tardaba mas de la cuenta y solía volver sin la sangre y mareada. Se llamaba Clodovilde Melocotona Macintós, y estaba como un queso (ver muestrario de quesos).
- Bisturí -pidió Susodicho.
Ella le dió un bisturí.
-Pinzas -pidió Susodicho.
Ella le dió las pinzas.
- No, de estas no, de las de la ropa, para aguantar los pellejos -le explicó el lozano cirujano.
- Perdone doctor, -dijo la enfermera- pero como estoy tan buena...
- Algodón -pidió- gasas, bastoncitos para los oídos, agua oxigenada, sutura,escapulario, serrucho...
Y cada vez que él pedía algo, ella se lo daba. Al principio no, pero luego, poco a poco él se fue fijando en tamaña devoción y sintió como le complacía. Y sin darse cuenta le pidió:
- Su numero de teléfono
Y ella se lo dió.
Esa misma noche fue a llamarla, pero le dió vergüenza y le mandó un whasap diciéndole "Hola". Ella no le contestó y al día siguiente lo abofeteó en el pasillo de los encuentros y lo llamó descarado.
La bofetada afectó a un pelillo rebelde de la barba y se lo metió para dentro. Hubo que operarlo de urgencia y el único que cirujano que había disponible era el doctor marcapasos. Lo asistió en su operación la enfermera pelirroja y rebelde, que con su sonrisa picaruela solía llevar por la calle de la amargura a la mitad de los hombres del hospital.
La operación transcurrió con normalidad; El primer cuarto de forma previsible, el anestesista salió a saludar y el encargado de los bisturís recibió la bronca del cirujano por no tenerlos bien afilados.
Durante el segundo cuarto un internista de postrado contó un chiste y la enfermera pelirroja le guiñó un ojo (de los dos que tenia, el de mas a la derecha) al cirujano jefe.
En el tercer cuarto se cayó de sueño una de las auxiliares y la enfermera pelirroja se morreó con el doctor Marcapasos y luego se lo tiró.
En el cuarto cuarto se acabó la operación y el cirujano jefe le dijo a Susodicho mientras le ofrecía un pitillo.
- Creo que ha ido bastante bien. No va usted a perder ninguna de las cejas y además puede que se pueda volver a afeitar algún día de estos, pero eso si, procure que no le vea nadie.
-Es que yo... -le contesto Susodicho mientras buscaba como darle cuerda al cigarrillo para que echara humo- ...lo de afeitarme...yo...no se si...afeitarme... yo...
Lo trasladaron a una habitación donde un obispo convalecía después de una caída desde el púlpito.
El obispo era muy malhablado y padecía además de soriasis en el epigastrio, lo cual le daba muy mal aliento y un carácter muy agrio.
El obispo se llamaba Sueminencia Pérez (No tenia segundo apellido en muestra de humildad) y cantaba en la ducha y era grato a sus oídos el sonido de la brocha al pintar una pared de azul. El sonido al pintar una pared de verde no le desagradaba y le parecía una cacofonía horrorosa si el color elegido era el rojo.
- Preclaro prócer de la cristiandad -aunció la enfermera encargada de las presentaciones- este es el cirujano emérito Don Suso Dicho.
- A los pies de su eminencia -saludó Susodicho.
- Me cago en tu puta madre -le contestó el bendito hombre de Dios con una sonrisa.
En estos tramites estaban cuando apareció la enfermera Melocotona con una bandeja llena de cosas de operar y se la tendió a Susodicho.
-Ten -le dijo mientras se la tendía (la bandeja) sin poder evitar que una lágrima le corriera por su mejilla.
- Pero es que yo...no...no si... -dijo él.
Ella sintió su protesta como una bofetada y a punto estuvo de ponerse a llorar o a prepara masa para hacer brownings. Y se marchó gimiendo por el pasillo de los llantos.
- Joven imberbe e improductivo -le dijo Sueminencia- esa muchacha lo ama a usted. No me explico por qué, porque la moza se parece mucho a la pagina 17 del muestrario de quesos y usted es feo con una avaricia monstruosa. Amen de parecerse en exceso al dibujo de una mierda que hizo una vez mi sobrino en la guardería.
- Es que yo... -le agradeció Susodicho.
- ¡Que me dejes, pesao! -le contestó el bendito hombre de Dios.
Esa noche el teléfono de Susodicho hizo tiroliro y le mostró un whasap de la enfermera Melocona. era este.
"Amado doctor cirujano mio. Lo amo a usted de una forma desusada y sincopática. La primera vez que lo vi y luego la segunda. Es usted. Señor mio. Lléveme a bailar y a comer chistorra con bechamel. Y si nuestro amor es imposible me quitaré la vida, pero ya mas tarde."
Al día siguiente, muy temprano, nuestro héroe se levantó a orinar y al regresar a la cama se encontró con que lo habían excomulgado y además le habían dado el alta. No pudo volver a acostarse y se despidió del pijama que había llevado desde hacia ya tantos años...
Lo convocaron para extirparle el ombligo a una señora de Chamberí que sentía molestias al ponerse de cuclillas en un butacón forrado de flores muy feo que tenia en su casa.
La operación transcurrió con normalidad. La enfermera Melocotona le pasaba todo lo que él, con ojos enamorados le pedía. La señora de Chamberí leía una revista antigua que había por allí, el anestesista contaba sus vacaciones en las Barbados...cuando de repente...entre el duodeno y el duonono apareció un pergamino enrollado y lacrado. Gran espectación en la sala de operaciones. Susodicho tomó el rollo y lo abrió. Era un mapa muy antiguo y en lo mas alto (en la parte de arriba) ponía (con letras) "Mapa del tesoro del pirata Malvado"
Continuará...
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